Los preciosos relojes florales

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Estamos acostumbrados a encontrarnos con relojes digitales y analógicos pero Carl von Linne, mejor conocido como Carolus Linnaeus, era un floricultor del siglo XVIII cuyo trabajo lo llevó a transformarse en un especialista en los tiempos y relojes biológicos de las plantas. Basándose en un fenómeno al que mismo llamaba como “dormir” -en su tiempo no se sabía bien el porqué del cerrar y abrir de las flores- Linnaeus con prontitud compilaría un extenso catálogo apartando a las diferentes plantas conforme el periodo del día en el que estas abren y cierran sus flores. Así, se dio cuenta que conociendo la especie precisa, y teniendo presente determinados factores externos, uno podría saber la hora del día solo viendo el estado de las flores de una planta.

Es conque empezaría su horologium florae, un reloj floral cuya predisposición de las diferentes especies de plantas y flores señalaba la hora precisa del día con solo mirar las columnas de flores abiertas.

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No son relojes digitales ni analógicos son relojes florales

Linnaeus moriría y su creación sería olvidada a lo largo de muchos años, hasta el momento en que una traducción de su obra, Philosophia Botanica, al inglés, volvería a levantar interés sobre su reloj floral. En sí, este renovador naturista, definiría 3 tipos esenciales de flores precisas para la creación del reloj:

– Meteorici, flores que cambian su abrir y cerrar en dependencia del tiempo.
– Tropici, Flores que cambian su abrir y cerrar en dependencia de la duración del día.
– Aequinoctales, Flores con tiempos recios en su abrir y cerrar, o sea, una periocidad que no cambia conforme el tiempo o bien la duración del día. Estas últimas siendo las de mayor relevancia.
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Teniendo presente esto, y las variables en el abrir y cerrar de una flor, como por poner un ejemplo la latitud en la que el reloj se halle, uno, cuenta Linnaeus, puede edificar un reloj floral muy preciso.

Actualmente existen múltiples relojes florales alrededor del planeta. Uno de estos se halla en Taipei, más exactamente en el jardín de YangMin. El reloj, aparte de tener manecillas mecánicas, tiene diferentes flores que se abren dependiendo la hora del día. En el próximo vídeo podemos verlo.

Reloj Floral Excursiones

reloj de ficharA la vera de las Cataratas del Niágara, una de las atracciones más retratadas de la zona de los aledaños es el reloj Floral. Construido en mil novecientos cincuenta, es uno de los más grandes del planeta con unos cuarenta pies de diámetro. Todos los años, el reloj se planta con más de quince.000 plantas de alfombras anuales. Las manillas están hechas de cilindros de acero inoxidable y pesan un total combinado de uno con doscientos cincuenta libras, al paso que una torre de piedra de veinticuatro pies con altífonos emite el timbre de Westminster cada quince minutos.

El diseño floral se cambia un par de veces al año, usando las violas en la primavera y 4 variedades de Alternanthera así como el verde y gris de Santolina Sage a lo largo del verano y el otoño. Al lado del reloj Floral se halla el Centennial Lilac Garden, que está en plena floración en torno a fines de mayo y también incluye más de doscientos cincuenta variedades de plantas y más de mil doscientos arbustos individuales.

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Reloj floral Ginebra

 

El reloj Floral, una pieza maestra compuesta durante más de seis mil quinientos flores, se halla en el Jardín Inglés. Esta enorme atracción botánica es un reloj que marcha con la característica precisión suiza.

reloj digital
El reloj Floral se creó en mil novecientos cincuenta y cinco en honor a uno de los relojeros universalmente conocidos del país. Este impresionante punto de referencia mide unos cinco metros de diámetro y dieciocho metros de circunferencia. Presta atención a la manilla de los segundos. Mide dos con cinco metros y diríase que es la más larga del planeta.

El reloj presenta diferentes colores conforme la temporada del año, en tanto que el arreglo floral se cambia 4 veces. El mecanismo del reloj marca los minutos y las flores señalan el cambio de estación. No vaciles en acompasar la hora de tu reloj con arreglo al reloj Floral, en tanto que siempre y en todo momento da la hora precisa merced a su conexión electrónica con un satélite.
Tras contemplar el reloj, pasea por el resto del Jardín Inglés. Esta atracción tan pastoril data de mil ochocientos cincuenta y cuatro y fue el primer parque de estilo inglés de Ginebra. Recorre los caminos serpenteantes del parque, y contempla la hermosa fuente de bronce y las estatuas dedicadas a los artistas más insignes de Ginebra. Busca asimismo el Monumento Nacional, una escultura de 2 mujeres que se abrazan por la cintura. Esta obra memora la unión de Ginebra a Suiza en mil ochocientos catorce.

Y no te pierdas el camino que rodea el lago, en tanto que ofrece vistas muy preciosas del lago Ginebra y de la gigantesca fuente Jet d’Eau. Después, puedes reposar en una de las zonas de césped del jardín.
La zona resulta en especial agradable en verano, puesto que ciertas noches se festejan conciertos en riguroso directo en el pabellón del jardín.
El Jardín Inglés y el reloj Floral abren todos y cada uno de los días y la entrada es gratis. Puedes descender a pie desde el casco viejo o bien aproximarte en tranvía. Si deseas eludir las multitudes, visítalo por la mañana temprano o bien de noche.

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